-El sol envía rayos de luz dorada y calor a las semillas que yacen en la tierra. Cuando éstas absorben la luz y el calor, empiezan a despertar, a bullir en su interior, y sobreviene el milagro de la vida. De igual forma Dios, la fuente de luz, irradia constantemente rayos de amor. Si estamos espiritualmente alertas, recibimos dichos rayos. Entonces despierta en nosotros nuestra bondad original.
(“Descubrir la Espiritualidad” pag. 60)
(“Descubrir la Espiritualidad” pag. 60)
-Para mucha gente la imagen negativa de Dios como aquel que juzga y castiga, interfiere en la relación con Él. Mucha gente puede tener esta imagen negativa muy profunda, dependiendo de su tradición social y educación. Por lo tanto a menudo, cuando se menciona el nombre “Dios”, hay un rechazo automático. Por lo general, las reacciones negativas se centran alrededor de palabras como castigo, infierno, arrepentimiento, pecado.
Necesitamos tener un nuevo entendimiento, una nueva imagen de Dios. Si comenzamos a pensar positivamente respecto a Dios, encontraremos una nueva relación con Él, una nueva forma de entendimiento de este Ser Supremo y amoroso. Debemos empezar a entender que Dios, como un Ser de eterna Bondad, debe poseer cualidades positivas y no negativas.
(“El Punto Alfa” pag. 33)
-El amor de Dios nos permite aceptarnos como somos y aceptar de igual manera la necesidad de realizar cambios personales. Y lo aceptamos porque el amor divino siempre nos motiva a aspirar a lo más elevado en nosotros.
(“Descubrir la Espiritualidad” pag. 88)
-Dios nunca nos etiqueta: ya seamos hombre o mujer; musulmanes, judíos o cristianos; chinos, griegos o indios, judíos o cristianos; chinos, griegos o indios, Dios nos ve y nos respeta a cada uno como seres humanos únicos en esta obra de la vida.
(“Descubrir la Espiritualidad” pag. 65)
-Cuando caigo en la cuenta de que soy un hijo de Dios, de que Dios está a mi alcance, como mi Madre y mi Padre espiritual, y de que puedo conseguir un amor y una verdad ilimitados a través de la relación con ese progenitor maravilloso, sabiendo todo eso es como si empezara a darme cuenta de lo que realmente significa ser un ser humano.
(“De Adentro hacia Afuera” pag.49)