Mejorar las relaciones personales

Desde una perspectiva de progreso y desarrollo espiritual, el enfoque en la relaciones está en aceptar a los demás tal y como son e ir procurando armonizar con sus más variadas y diferentes personalidades. Es un hecho que, las personas con sus diferentes personalidades, idiosincrasias y caracteres, se convierten en ocasiones en un reto en relación a nuestra propia personalidad e idiosincrasia.

Se vuelve preciso aprender a mantener nuestro auto-respeto, a reafirmarnos en nuestros valores y principios, como también a emerger nuestras más elevadas cualidades espirituales, particularmente cuando confrontamos difamación u obstáculos. Es propio de una visión de corto alcance, es decir, cuando se está afectado por una condición de ‘miopía’ en la visión espiritual, desear entonces las condiciones ideales, pero éstas, aparte de no cumplirse, estarían limitando nuestro desarrollo y crecimiento. 

El desarrollo y el cultivo de los valores y la práctica espiritual, no es secreto alguno de que se producen mejor en las condiciones de adversidad. Algunas estrategias efectivas basadas en la aplicación de los valores espirituales son:

1. Considerar los errores de los demás como los propios.
   El falso ego nos hace criticar los errores de los demás y adoptar la actitud de superioridad. Considerar los errores de los demás como propios nos permite una ventaja psicológica sobre nuestras propias reacciones críticas usuales. Es una práctica común el esconder nuestros errores y dirigir la atención hacia los errores de los demás con el propósito de evitar la incomodidad de admitir nuestros propios defectos y nuestra inhabilidad de afrontar la crítica y las correcciones que otros nos puedan hacer. Esta nueva estrategia hace posible que las fuertes reacciones del ego que se manifiestan en críticas hacia los demás se redirijan hacia nosotros mismos y nos permitan alcanzar niveles de comprensión mayores acerca de nuestros propios defectos. Esto a la vez nos hace más sensibles a los sentimientos e incluso a la reputación de los otros y nuestro comportamiento en definitiva se vuelve más humilde.

2. Aquellos que nos insultan son ‘nuestros amigos verdaderos’.
  Esto es lo opuesto a lo que pensaríamos instintivamente. Esta estrategia revierte nuestra reacción instintiva del ego hacia la crítica y nuestro deseo de escuchar únicamente cumplidos y halagos. Esta técnica ‘corto-circuita’ (corta el circuito de…) nuestra reacción defensiva del ego. Si lo que nos dicen aunque sea en forma de insultos, es falso, es necesario mantener estables nuestra propia dignidad y auto-respeto. Si esos insultos conllevan de todas maneras algo verdadero, nos beneficiamos mucho al aceptarlos como comentarios directos y honestos, en lugar de rechazarlos con arrogancia sólo por su forma de insultos. Un amigo verdadero es alguien que nos beneficia. Si una verdad magulla o daña nuestro ego falso, esto es útil, porque nos permite identificarlo con evidente claridad, ya que nos facilita nuestra meta que consiste en liberarnos del falso orgullo y permanecer estables en un estado de verdadero auto-respeto.

3. Permanecer desapegado frente al éxito o al fracaso, la alabanza o la crítica, las situaciones buenas o malas.
   Ésta es una estrategia que entraña dificultad, porque la conciencia está muy ligada a sus percepciones sensoriales. Con la ayuda de la meditación nos podemos hacer lo suficientemente silenciosos y desapegados como para liberarnos de las ilusiones de la información sensorial. Si nos apoyamos en la alabanza, producto de esa debilidad nos veremos forzados a aceptar la difamación hasta el mismo punto. Para neutralizar esto, debemos practicar el desapego en relación a los éxitos y la alabanza, entonces podremos mantener desapego igualmente cuando afrontemos el fracaso o el rechazo. Este nivel interior de equilibrio, estabilidad y ecuanimidad se describe como el estado final, consagratorio, resultado invaluable de una práctica espiritual firme, constante y consistente.


De BKWSU,reflexionado por Carlos  Salazar