Nosotros le damos el valor a la vida y no la vida a nosotros

A continuación vamos a compartir aspectos importantes para construir más puentes y eliminar los muros:

Confianza – Aprendamos a confiar, porque el confiar en uno mismo, en los demás y en la vida, nos abre posibilidades imprevistas. Evitemos el preocuparnos demasiado acerca de si nos pudieran engañar, ni estemos con la inseguridad acerca de si el otro dice o no dice la verdad, evitemos que se presenten muchos de estos “si” condicionales… Dejemos estos “si” (condicionales) y actuemos. Como se suele decir: “Quien nada arriesga, nada gana.”

Fe – Saltemos por encima de las barreras; no las convirtamos en excusas. Si no aceptamos retos, nuestra vida es una vida de “aburrida seguridad” cuyo fundamento se irá basando en el miedo a la novedad y al cambio. Puede parecer cómoda y segura nuestra vida, pero en verdad es de una seguridad ilusoria, que podría romperse en cualquier momento y de cualquier forma.

Aceptación – Los errores, los contratiempos, los fracasos, las decepciones también forman parte del proceso de crecimiento y del conocimiento, y no hay que condenarlos o temerlos sin mantener el coraje de aceptarlos y enfrentalos. Todo ser humano los ha experimentado o los está experimentando, y los continuará experimentando.

Siempre queda luz – Todas las cosas tienen su significado y, si no es ahora, más adelante entenderemos ese significado. Es sano para la mente y el cuerpo, no estar cargando con el peso extremo, ni de la exageración ni de la falta de perspectiva.

La vida es un juego – Conozcamos las reglas y juguémoslo bien. Un buen jugador entiende qué es un juego, por eso es tranquilo, tolerante y flexible, y no se queda atascado por ahí o por allá en una u otra jugada, en un movimiento o en otro jugador durante demasiado tiempo, concede el respeto y la atención debidos a cada cual, pero siempre sigue adelante. Un buen jugador desempeña en el juego el papel que le corresponde y no intenta desempeñar el de los demás.

Amor propio – Reconozcamos nuestra realidad espiritual como seres humanos con recursos de calidad en su interior, y como seres humanos que tienen siempre que estar abiertos a usarlos. No necesitamos aceptar falsos apoyos del exterior, como un nombre, fama y elogio. Somos lo que somos por lo que hay en nuestro interior. Nuestro punto de referencia está en lo que hay de eterno y valioso en nuestro ser interior; en cuya perspectiva entonces, no puede darse el miedo a ser dañados.

Silencio y perspectiva positiva – Cuando nos damos cuenta de la importancia de estar en silencio y quietud al menos de vez en cuando, entonces nuestra positividad hacia el ser y hacia la vida se reexamina y renueva. De lo contrario, la velocidad, constancia e inmensidad de las fuerzas negativas, provengan del ser o de los demás, sin duda que nos harán temerosos.

¡Alejémonos de las presiones de la vida y aprendamos a romper las cadenas del miedo que nos atan y nos impiden progresar interiormente!


Y es este progreso el que en definitiva nos conduce al verdadero éxito en la vida, que consiste en lograr un manejo práctico, fluido y productivo de ella. Recordemos siempre que, nosotros le damos el valor a la vida y no la vida a nosotros.


De BKWSU, reflexionado por el profesor Carlos Salazar